Aquí estaba el depósito general de carnes que abastecía los mercados y las tiendas de la ciudad.
Con anterioridad habían existido en Madrid una carnicería para «hijosdalgo» en la plaza del Salvador, con el privilegio de no tributar por su consumo, y otra carnicería para el resto de los madrileños que no tenían condición nobiliaria, y por lo tanto contribuían fiscalmente a la recaudación de las sisas municipales.
Se desconoce la fecha exacta de la construcción de este edificio, pero se cree que fue reconstruida después del incendio que se produjo en la plaza en 1631, resultando un edificio de características similares a la Casa de la Panadería, con amplios soportales, porticado y con dos torres angulares que remataban los cuerpos laterales.
La Plaza Mayor madrileña tuvo su origen en la antigua Plaza del Arrabal, una plaza dedicada al comercio, situada fuera del recinto medieval. Esta plaza tenía una forma irregular y varios fueron los intentos de regularizarla. El primer proyecto de plaza mayor fue encargado por Felipe II a Juan de Herrera, y su primer edificio fue la Casa de la Panadería, iniciada en 1590.
El proyecto definitivo se debe al arquitecto Juan Gómez de Mora, quien recibió el encargo en 1617 y respetó la Casa de la Panadería, ya construida, modificando sólo la planta baja, y la dejó en el centro del lado mayor del rectángulo de la plaza, cuyas dimensiones son 120 x 94 metros. Originalmente, las casas tenían seis plantas, estructura de madera, sótanos abovedados y fachadas de ladrillo rojo visto en las que se abrían balcones.
Frente a la Casa de la Panadería se levantó la Casa de la Carnicería.
Vemos iluminada por el sol la fachada de la Casa de la Carnicería. En medio de la Plaza entre la Casa de la Carnicería y la Casa de la Panadería la estatua ecuestre de Felipe IV.
La Casa de la Carnicería casi no se diferencia del resto de los edificios de la Plaza Mayor excepto por los dos chapiteles y el tratamiento de los soportales con arcos de medio punto como los de la Casa de la Panadería. Tiene una planta rectangular distribuida en torno a un patio rectangular y una gran escalera frente a la puerta ingreso. Fue reconstruida y reformada después del incendio de 1790.
La Plaza disponía de nueve entradas, tres bajo arcos y otras seis a través de calles descubiertas, siendo por tanto un espacio abierto a su entorno. Las calles adyacentes se ordenaron siguiendo las mismas normas que la Plaza, de manera que su regularidad se prolongó a la trama urbana y al caserío circundante. Para la nivelación del pavimento hubo que realizar grandes movimientos de tierras, quedando un gran desnivel, que fue salvado con la Escalerilla de Piedra y el Arco de Cuchilleros.
Casa de la Panadería.
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